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En este momento de
cambios sin precedentes las empresas se están transformando y sus directivos
han tenido que hacer frente a la disrupción digital, la automatización, la
gestión de equipos en remoto y asumir el cambio como parte innegable del
entorno.
Las empresas, en
mayor o menor medida, han tenido que adaptarse, a gran velocidad y de forma
irremediable, al entorno digital.
Por tanto, los líderes y altos directivos también han tenido que transformar su
gestión y las formas de trabajo de sus equipos, no solo para adaptarse si no
para adelantarse a los competidores y detectar las nuevas oportunidades.
El futuro es más incierto y volátil que nunca y los nuevos profesionales que necesitan las empresas todavía están por definirse en muchos casos. Lo que si se vislumbran son un conjunto de habilidades que serán las que demanden las empresas en los próximos años y que tienen que ver con esa capacidad de innovar, de adaptarse y de colaborar.
1. Innovación: pensamiento creativo y resolución de problemas.
Las empresas en
este entorno cambiante necesitan la innovación como eje de su estrategia para
que sus modelos de negocio sigan siendo competitivos. Los nuevos directivos y
directivas deben estimular la innovación en sus equipos con una visión común
sobre la estrategia, donde ese líder, sea capaz de estimular la escucha y la
confianza entre sus colaboradores para sacar adelante proyectos innovadores.
Las habilidades
necesarias para desarrollar la innovación se centran principalmente en el
pensamiento estratégico e innovador y la resolución creativa de problemas, así
como una comunicación eficaz de las ideas.
Son necesarios esos
profesionales con pensamiento creativo que puedan concebir ideas disruptivas
para el futuro de la empresa. La creatividad se sitúa como una de las soft
skills cruciales para el futuro laboral porque permite influir e inspirar a los
equipos para contribuir a resolver retos no solo de las empresas si no de la sociedad
en su conjunto.
Este pensamiento
creativo es el motor de la innovación.
Ese pensamiento
creativo e innovador necesita de otras cualidades como capacidad para asociar,
cuestionar, observar y experimentar, lo que permite resolver problemas e idear
soluciones distintas. Las personas que estimulan este tipo de pensamiento no
temen cambiar el statu quo e influyen en el cambio de las empresas y de su
entorno.
Conseguir equipos
altamente innovadores lleva a la empresa a conseguir una cultura innovadora inherente
que va a permitirle el fomento de esa capacidad, facilitando el desarrollo de
nuevos proyectos, mejorando la imagen corporativa de la empresa y unos
profesionales mucho más comprometidos con los proyectos y con la propia
empresa.
2. Liderazgo, comunicación y empatía.
El liderazgo es la capacidad de inspirar a las
personas para perseguir un objetivo común. El liderazgo por tanto requiere de
múltiples cualidades, pero las más destacables son la integridad, la confianza
en el equipo, la empatía, la humildad, la positividad y la resiliencia.
La empatía es una
de las cualidades fundamentales en un buen líder. Ser capaz de ponerse en la
situación de las personas con las que se comunica, ya sean clientes, equipos de
trabajo y proveedores, permite comprender sus motivaciones, sueños y problemas.
Para conseguir esa comunicación, el saber escuchar y prestar atención a las
personas se convierte en el acto que permite establecer lazos de confianza con
el equipo.
La comunicación es,
por tanto, una de las habilidades más destacadas del liderazgo, puesto que hay
que saber persuadir, en el sentido de saber influir en las personas y para ello
es imprescindible saber transmitir un mensaje que sea inspirador para el
equipo.
3. Flexibilidad y adaptación al cambio.
La inestabilidad
del entorno, tanto por los avances tecnológicos, como por los cambios políticos
y económicos han transformado también los entornos de trabajo y por tanto los
directivos que responden al cambio de forma rápida y positiva son un valor al
alza en las empresas. Esta habilidad adaptativa es una competencia codiciada
que requiere estar abierto a nuevas ideas, innovaciones o alteraciones.
La adaptabilidad es
una habilidad codiciada que requiere poder aprender rápidamente nuevas
habilidades y comportamientos en respuesta los cambios de nuestro entorno. Para
ello se requiere de un pensamiento flexible, de la capacidad de trabajar bajo
presión y del aprendizaje continuo.
4. La colaboración como fortaleza.
En un mundo cada
vez más globalizado, los equipos tienden cada vez más a la diversidad social,
cultural e incluso geográfica. Los avances tecnológicos han permitido la
movilidad internacional en los equipos de trabajo lo significa tener que
gestionar las diferencias sociales y culturales dentro de esos equipos.
La diversidad tiene
maravillosos beneficios para el trabajo en equipo, se suman mayores
habilidades, con personas de diferente educación y distintos desarrollos
profesionales que enriquecen los puntos de vista sobre un proyecto. Los equipos
diversos son más innovadores a la hora de resolver problemas.
La habilidad ya no
es saber trabajar en equipo, sino saber gestionar la diversidad de los equipos
para generar mayor conocimiento e impacto en los proyectos empresariales.
En conclusión,
necesitamos líderes preparados para abordar un mundo en constante evolución y
cambio. Desde el MBA de la Universidad
Internacional de Valencia se apostó por una formación
innovadora que permitiera entrenar todas estas habilidades que las empresas
necesitan en ese entorno cambiante.
El Bootcamp Impulso
del MBA es una formación intensiva de 4 semanas de duración que permite al
estudiante trabajar en un equipo multidisciplinar y diverso con el objetivo de
resolver un reto o necesidad real. De esta manera se fomenta la colaboración y
diversidad en los equipos de trabajo puesto que los estudiantes proceden de
multitud de países, de diversos ámbitos culturales y sociales.
Además, la
metodología basada en proyectos permite motivar al alumnado que requiere de un
alto grado de compromiso y de capacidad de autogestión para resolver los
problemas planteados y donde el coach que les acompaña durante el proceso sirve
de guía y referente para conseguir soluciones cercanas a la realidad
empresarial.
Durante las cuatro
semanas se trabaja también el pensamiento creativo, la ideación y disrupción
como formas de llegar a soluciones diferentes. El trabajo bajo presión teniendo
que cumplir los compromisos semanales llevan al equipo a esforzarse al máximo
para conseguir una solución a su reto y cumplir con los objetivos. Además, al
tratarse de un proyecto iterativo hay que ser capaz de adaptarse a los cambios
e imprevistos de una manera ágil y flexible.
Por tanto, al
acabar el programa intensivo del Bootcamp, el alumnado habrá trabajado
habilidades esenciales para las empresas como son el liderazgo, la creatividad
y la innovación, la colaboración y la adaptación al cambio.
Autora: Este artículo fue escrito por Gloria Moya Fernández.
Directora Área Empresa VIU
Coordinadora Bootcamp Impulso - MBA
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